martes, 23 de septiembre de 2008

MIL Y UNA AVENTURAS

Desde que me lo compre hará ya unos cuatro años se ha convertido en uno de mis libros de cabecera. La editorial Valdemar ha destacado por la publicación de varios clásicos imprescindibles en colecciones como Avatares, Gótica o el Club Diogenes. Mil y una aventuras forma parte de esta última colección, y su premisa es muy sencilla. Una recopilación de varios relatos cortos de aventuras de grandes autores clásicos del genero, aparecidos en libros editados en estas colecciones.

Esto no resulta tan sencillo, pues tal como el libro relata en su contracubierta, el genero de aventuras no destaca por este formato tanto como el de terror o el de ciencia ficción. Sin embargo se ha podido rescatar unas 16 narraciones de este estilo, aunque algunas de ellas sean en realidad novelas breves, o en ocasiones resulten capítulos de una obra mayor aunque al leerla de forma separada parezca un cuento independiente.

Tal vez una de las carencias del libro sea que los autores son exclusivamente propios del mundo anglosajón, a los que añadiendo escritores de otras nacionalidades se habria podido obtener un mosaico mucho más colorido de narraciones y cuentos. Sin embargo estos son excepcionales, y sus cuentos sublimes.
Las narraciones que forman el libro son las siguientes.

El rey de los piratas, de Daniel Defoe.
Narra la auténtica historia tras la leyenda del capitán Avery, el cual abordó un barco del Gran Mogol y se declaró Rey de los Piratas. Su final no fué tan dulce. También se relata como unos compañeros suyos se hicieron los amos de la isla de Madagascar.
El escarabajo de oro, de Edgard Allan Poe.
Un joven de Carolina del Norte, cuya fortuna familiar ha venido a menos, encuentra en una solitaria isla un extraño escarabajo dorado. A pesar de ser tomado por loco por su amigo y su viejo esclavo negro, inciará la busqueda de un tesoro pirata enterrado.
Billy Budd, de Herman Melville.
Un joven gaviero es enrolado en el barco de guerra inglés Bellipotent durante los años previos a la batalla de Trafalgar. El resto de tripulación adoptará de buen grado al muchacho excepto el maestro de armas, cuyo odio hacia él terminará trágicamente. Es una novela corta.
Una extraña experiencia, de Mark Twain.
En plena guerra civil norteamericana, el comandante de un fuerte en Connecticut descubre que uno de sus jovenes reclutas actua de forma sospechosa. Tratando de levantar una red de espionaje confederada, terminará siendo burlado de la forma más humillante y divertida.
El caso de la zanja de Coulter, de Ambrose Bierce.
En una pequeña batalla de la guerra civil norteamericana, un general federal ordena a un joven capitán de artilleria que abra fuego con sus cañones desde una posición peligrosa. El motivo de que el general ordene tal cosa y de que el capitán tenga reticencias se descubre en el dramatico final del relato.
La empalizada roja, de Bram Stoker.
Un barco inglés zarpa con la misión de terminar con los piratas malayos que asolan la zona. Entre el miedo ante los salvajes piratas y sus kukris, los pantanos repletos de fango y cocodrilos, y las ordenes del despiadado capitán, los marinos deberán asaltar la empalizada pintada de rojo por la sangre en ella derramada.
La historia del joven de los pasteles de crema, de R. L. Stevenson.
Un principe exiliado de Bohemia y su fiel coronel terminan descubriendo un extraño club donde sus socios se citan cada noche para decidir mediante el azar cual de ellos morirá y quién será su verdugo. Se trata del primer capítulo de El club de los Suicidas.
El Rubí de Kishmoor, de Howard Pyle.
Un joven cuáquero viaja a la isla de Jamaica en busca de aventura. Cenará con una bella y misteriosa joven, matará de forma fortuita a tres piratas, rescatará un valiosísimo diamante, y descubrirá el gran misterio del capitán Keitt. Todo ello en una noche.
Gaspar Ruiz, de Joseph Conrad.
El general Santierra, veterano en la guerra de independéncia de Chilé y Perú, relata a sus amigos ingleses la historia de Gaspar Ruiz, quien fué tomado por desertor de las tropas insurrectas y terminó siendo el último soldado que luchó por la corona de España y por el amor de una fria dama. Se trata de una novela corta.
De cómo el brigadier ganó su medalla, de Arthur Conan Doyle.
El valiente brigadier Gerard tiene como misión entregar un despacho al Rey José Bonaparte por orden del propio Napoleón en persona, con la condición de que siga una ruta de caminos y pueblos tomados por el enemigo. Aunque no termina cumpliendo los deseos del emperador, logrará su ansiada medalla. De la novela Las hazañas del brigadier Gerald.
El hombre que pudo reinar, de Rudyard Kipling.
Un par de bribones atravesaran peligrosas montañas para llegar a la tierra de Kafiristán, donde gracias a su experiencia en el ejercito colonial y los fusiles que llevan consigo se imponen a las tribus residentes. Aunque uno de ellos termina siendo tomado por rey dios, no podrá evitar que se le suba a la cabeza y rompa uno de sus acuerdos: nada de mujeres. Otra novela corta.
El discreto contrabando del capitán Pierce, de G. K. Chesterton.
Tras la primera guerra mundial, un joven piloto desafiará a las leyes contra la venda de carne de cerdo en posadas y hoteles rurales de las formas más extravagantes utilizando trenes, coches, dirigibles y paracaidas. Todo con el objetivo de atrapar el corazón de una bella posadera.
El descubrimiento del Graiken, de William Hope Hodgson.
Tras desaparecer el navío en el que viajaba su prometida, un joven se hará con el control de un barco de recreo de un amigo suyo para navegar dirección al Mar de los Sargazos, donde las gigantescas algas esconden horribles criaturas bajo su superficie.
El silencio blanco, de Jack London.
Dos hombres y la mujer esquimal de uno de ellos atraviesan Alaska entre el hambre, la tormenta y el instinto de los perros lobo. Los sueños y esperanzas de uno de ellos terminarán de forma abrupta cuando un arbol le destroce el cuerpo, y deba ser abandonado entre el silencio blanco de la nieve, roto por aullidos y los lloros de su mujer.
Jimmy Goggles el dios, de H. G. Wells.
Los supervivientes de un naufragio regresan a la zona para recuperar el oro que iba a bordo. Sin embargo terminarán siendo atacados por los nativos, que tomarán a uno de ellos que vestía un rudimentario traje de buceo por un dios. Tras varios meses pensando como escapar, un misionero visitara el poblado.
El hombre oscuro, de Robert E. Howard.
Un guerrero irlandés exiliado de su clan viajará a las islas Hébridas tras la pista de un principe vikingo que ha asaltado su patria y raptado a su princesa. Pero por el camino se topará con una misteriosa estatua, vestigio de un pueblo ya perdido, que clama venganza con sed de sangre contra su mismo enemigo.

Como podeis ver son suficientes narraciones e historias como para pasar un buen tiempo entre aventuras de todo tipo. Por mi parte espero algún día encontrarme con un segundo volumen de esta genial antología.

-bravecoast.

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